Si bien no hay números oficiales, quienes conocen la actividad desde adentro aseguran que en todo el corredor sur de la provincia de Santa Fe hay unas 20 mil embarcaciones de este tipo. Remar moviliza a cientos de personas que además suelen estar muy comprometidas con la naturaleza.
El amor por kayakismo en Rosario y toda la zona costera sur de la provincia de Santa Fe no para de crecer, no como deporte, sino como estilo de vida. La actividad suma más adeptos cada año y se vincula al deporte, claro, pero también al cuidado de la naturaleza. Sin datos oficiales, se estima que en el corredor que comprende desde San Lorenzo a Villa Constitución hay unas 20 mil unidades en una veintena de guarderías, la mayor parte concentradas en Rosario y Granadero Baigorria, siendo esta una de las zonas del país donde más se practica kayakismo. Además, existen unas 15 escuelas que ofrecen capacitaciones y cursos en diversos niveles, desde aprender a dominar estas embarcaciones hasta viajes grupales y de travesías para los más aventureros.
Ciro Nardone, al frente de la Guardería Río Marrón, aseguró a Rosarioplus.com que si bien la actividad viene en franco crecimiento desde hace dos décadas, explotó tras la pandemia, por la necesidad de hacer actividades al aire libre. El referente con más de 40 años en las aguas marrones del Paraná hizo historia y señaló que en el año 2000 se dejó de darle la espalda al río y fue en ese momento donde muchos descubrieron sus encantos. “Andar en kayak comenzó a divulgarse de boca en boca y de forma pareja se fue sumando mucha gente. Hoy el público es variado y de todas las edades”, aportó.
Otro que lleva limo en las venas es David Garello, referente del kayakismo y fundador de Aolder, una de las escuelas que imparten enseñanza en este tipo de botes. Según estimó, en Rosario y zona, las escuelas cuentan con un plantel de alumnos muy nutridos: alrededor de dos mil entre las más de 15 academias.
Para él, la llegada de paradores en el río Paraná frente a Rosario y otras ciudades cercanas en los 2000 animó a muchos a comprarse un kayak y emprender el viaje del cruce a las islas. Sin embargo, esa es solo una porción de lo que representa esta diligencia, ya que otros prefieren ir más allá, aventurándose en la zona de islas o directamente emprendiendo travesías a destinos más lejanos.
Amar el río, un valor fundamental para subirse a un kayak
Ser solidario, pensar la vida desde lo colectivo y amar la naturaleza es el triple lema que deben manejar quienes quieren ser parte de esta aventura. Esto no solo se establece en la trasmisión oral, también se enseña en las escuelas de canotaje. “Es un estilo de vida”, marcó Garello y dijo que esta forma de vivir “se trasforma en el encuentro como necesidad de manejarse en comunidad”.
“Es muy raro que alguien ande solo en el agua, sucede pero no es lo habitual. Quienes somos kayakistas estamos comprometidos con lo social y ambiental. Se trata de ser solidario y trasmitir esa filosofía de vida. En el agua todos nos ayudamos, por eso ser empático con los otros es fundamental”, expresó.
Por su parte, David Linaro, también instructor de kayak, saludó las bondades de la naturaleza a pocos minutos del caliente asfalto rosarino. “Muy pocas ciudades pueden contar con una esas bellezas naturales tan cerca. Y el kayak te permite conocerlas, porque es un medio de trasporte muy económico”, destacó. Y apuntó que si bien hay muchas formas de disfrutar el río, los kayakistas mantienen el respeto por sobre todas las cosas: “No digo que no lo hagan, pero no es común que alguien que navega en kayak deje su basura tirada en la isla, lo que sí pasa con los que manejan lanchas a motor. Un dato destacable es que muchos de los que remamos formamos parte de organizaciones ecologistas. El río se aprende a cuidar con su uso y por supuesto que estamos organizados contra los incendios y el uso de la isla con fines económicos”.
Precios de embarcaciones, guarderías y cursos
Un kayak ronda los 85 mil pesos, pero los hay hasta 200 mil. Se trata de una unidad nueva con pala, con diseño, con terminaciones, manijas, tapas, pintado, con asientos acolchonados, entre otros detalles. También hay algunas opciones no tan onerosas que arrancan en 60, 70 mil pesos. En su mayoría, se trata de embarcaciones fabricadas en Rosario que cuenta con diez astilleros especializados que cubre tanto la demanda local como de otras ciudades. También hay un fuerte mercado del usado. En plataformas de compre y venta suelen ofrecerse, pero también quienes transitas las riveras suelen estar al tanto de la venta de un bote
Con relación a un costo promedio para alquilar una guardería, Ciro Nardone explico que “las cuotas mensuales se ubican en 1600 pesos para los kayaks simples y los dobles, dos mil. Si bien el recambio es constante, la ocupación suele estar siempre a pleno y más en tiempos estivales.
En tanto, las escuelas de kayakismo florecen en Rosario y zona año tras año. Con servicios variados que incluyen cursos cortos con embarcación incluida, hasta actividades más complejas con travesías. Los costos son exiguos comparados con otra actividad deportiva: con el equipo de seguridad y bote se cobra un promedio de 5 mil pesos y sin bote, 2500.
Además, Rosario como balcón al río y la exuberancia del Humedal, comenzó a ser un punto atractivo para turistas no solo del país, sino también del extranjero. En ese contexto favorecedor en la actividad kayakista generó una actividad insipiente de quienes se animan a subirse a los botes y surcar las aguas del Paraná como una aventura inolvidable.
Fuente: Diego Montejo – Rosario Plus
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